Los textos expositivos son aquellos a los que los niños se enfrentan de forma habitual en el ámbito académico y de los que aprenden gran parte de los conocimientos que deben adquirir en la etapa escolar. Es decir, son una herramienta fundamental en su proceso de aprendizaje. Por esa razón, es tan importante trabajar su comprensión lectora, que sepan identificarlos y manejar la información que extraen de ellos.
La visualización de la estructura de los textos expositivos ayuda a los niños a comprender cómo se conectan las ideas y fomenta la capacidad de analizar la información de manera más profunda, ya que se les proporciona una guía para procesarla de forma ordenada. Además, al internalizar la estructura de los textos expositivos, se mejora la capacidad para resumir información.
A continuación, exploraremos qué son los textos expositivos y sus cinco modos de organización. Además, veremos expresiones que suelen utilizarse para desvelar cada tipo de estructura, ayudando en la lectura y la escritura de este tipo de textos.
Índice
¿Qué es un texto expositivo?
Los textos expositivos son aquellos que tienen el propósito de informar de manera objetiva sobre un tema determinado.
Para ello, siguen una estructura sencilla, compuesta por tres partes:
- Introducción: se da a conocer el tema que va a ser tratado.
- Desarrollo: se expone la información relacionada con el tema en cuestión. Suele estar formado por varios párrafos en los que se presentan las ideas principales y los datos de forma ordenada.
- Conclusión: finalmente, se resumen los aspectos más relevantes que se han desarrollado anteriormente.
En estos textos se aportan datos veraces y contrastados, con el mero objetivo de transmitir información que puede ser comprobada, y sin dar ninguna opinión ni argumentos para convencer al lector. Esto es algo que los diferencia de otro tipo de textos, como los argumentativos, que sí defienden un punto de vista exponiendo distintos argumentos.
Tipos de textos expositivos y ejemplos
Los textos expositivos pueden clasificarse según cómo se relacionan sus ideas principales, distinguiéndose cinco tipos que se desarrollarán a continuación.
Descripciones
Esta forma de organización de los textos expositivos implica analizar o definir las características, propiedades, rasgos o partes que conforman un tema. Los elementos se agrupan en torno a una entidad específica, destacando sus atributos.
Las marcas o señalizaciones predominantes en este tipo de estructura son: verbos que señalan presencia en modo indicativo, sustantivos y adjetivos. También se suelen utilizar términos como «un tipo», «algo que lo caracteriza» o «una de sus partes».
- Ejemplo: Un texto descriptivo sobre las bacterias y las características que las definen como grupo de seres vivos.
Secuencias
Conocido también como seriación o enumeración. Este modo de organización ordena los pasos, fases, etapas o momentos de un proceso.
Marcadores como «primero», «segundo», «tercero» y expresiones como «después», «el siguiente» o «finalmente» son indicadores de esta estructura.
- Ejemplo: Un texto sobre el proceso que siguen los objetos históricos hasta ser expuestos en los museos, donde se exponen los pasos que siguen en el orden en el que ocurren.
Causalidad
Este tipo de estructura también es llamada causa-efecto o causa-consecuencia. Establece relaciones entre ideas antecedentes y consecuentes, planteando causas y sus respectivas consecuencias. Puede presentarse de diversas maneras, ya sea una causa y un efecto, una causa y varios efectos, o varias causas y un efecto. También puede variar el orden: primero las causas y luego los efectos o viceversa.
Algunos términos o marcadores lingüísticos que guían al lector en esta estructura son: consecuentemente, la causa de, con el fin de, por causa de, tiene como resultado, en efecto, un factor, porque, ya que, por consiguiente, la causa fundamental, son originadas por, debido a, por esta razón, las consecuencias, etc…
- Ejemplos: Un texto que explique las consecuencias del cambio climático, señalando cómo ciertos eventos provocan impactos ambientales. Otro ejemplo sería un texto en el que se explican las causas o razones de que el agua sea necesaria para la vida.
Comparación
Este enfoque se centra en la comparación, semejanza, diferencia o contraste entre dos o más temas. Los textos expositivos organizados en forma de comparación, lo que hacen es confrontar dos entidades o fenómenos para hacer notar sus rasgos iguales y opuestos.
Los marcadores o señalizadores que frecuentemente se emplean para indicar semejanza o contraste son: en comparación con, así como, a diferencia de, en contraste con, por el contrario, semejante a, en lugar de, al igual que, pero, sin embargo, con respecto a, por otra parte, mientras que, igual que, mayor que, menor que, por otro lado, en cambio, entre otros.
- Ejemplo: Un texto que compare diferentes sistemas educativos, destacando las similitudes y diferencias en sus enfoques pedagógicos. Otro ejemplo, como el que se muestra en la siguiente imagen, es el de un texto que compare en qué se diferencian las poblaciones del medio rural y del medio urbano.
Textos expositivos de tipo problema-solución
Este modo plantea un problema y desarrolla una o varias soluciones para abordar la situación. Aunque guarda similitudes con la estructura causal, se diferencia en que la exposición de los problemas está más explícita, así como las medidas a tomar para resolverlo.
Marcadores como «el problema es», «una medida que resolvería», «otra solución» indican esta estructura.
- Ejemplo: Un texto que aborde la problemática de la contaminación del aire en las ciudades y proponga medidas para mitigarla o, como se muestra en la siguiente imagen, qué soluciones se buscaron para orientarse y poder llegar de un sitio a otro antes de tener los instrumentos que utilizamos en la actualidad.
Cómo redactar un texto expositivo
En la redacción de textos expositivos se deben seguir una serie de pasos que ayuden a presentar la información de forma clara y precisa, comenzando por la elección del tema que va a desarrollarse.
Es importante tener en cuenta cómo se relacionan las principales ideas, para determinar de qué tipo de texto expositivo va a tratarse según las cinco categorías que se han explicado en el apartado anterior. Esto permitirá organizar la información de forma adecuada y usar marcadores textuales que ayuden a mostrar dicha estructura.
A la hora de redactar, deben tenerse en cuenta las características de los textos expositivos (aportar datos e información objetiva y veraz) e incluir las tres partes que los conforman (introducción, desarrollo y conclusión).
Por último, se debe revisar el texto completo para corregir y mejorar aquellos aspectos que sean necesarios.
Conclusión
Cabe destacar que estos modos de organización de los textos expositivos no suelen aparecer puros; más bien, se entrelazan, y uno de ellos predomina, determinando la superestructura del texto. Entender estas formas de organización permite a los lectores acceder a la información de manera efectiva, contribuyendo a la comprensión global de los textos expositivos.
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Para seguir aprendiendo:
- Cómo realizar un esquema a partir de un texto expositivo
- Actividades de comprensión lectora en textos expositivos
- La importancia de implementar ayudas en la comprensión de textos
- Habilidades de redacción: qué aspectos podemos trabajar y cómo mejorarlas
- Comprender lo que leemos es esencial en la escuela